lunes, 29 de noviembre de 2010

ES EL CENTRO...IMBÉCILES!!


Un sabio dijo en un a ocasión que todos los gobiernos mueren por la exageración de sus principios. La debacle del tripartito en Cataluña, no hace sino confirmar éste extremos. Tras el general retroceso de la izquierda a nivel europeo, comienza a vislumbrarse un cambio en España.
Ha quedado demostrado que los ciudadanos europeos no ven a la izquierda capacitada para acometer los cambios imprescindibles para ganar a la crisis.
En definitiva: se huye de los extremos. Las virtudes identitarias, las aventuras de exaltación de los extremos, del discurso vacío....han quedado en evidencia. La opción razonable, la que ahora se impone, la que impera, es la moderación, el moderantismo, en conclusión: el centro político.
Mas, gobernará sin pactar hasta las próximas elecciones generales, y ello porque éste espacio le proporciona una atalaya desde la que decidir, en parte y probablemente, el próximo Gobierno de España. El histórico ascenso del Partido Popular y el descalabro del PSC, dan una idea de lo que parece una hoja de ruta para Zapatero.
In medio virtus, que dijera Aristóteles. El medio entendido no como punto equidistante entre los extremos, o como posición estratégica que se diluye, sin principios o postulados elementales. Se trata del triunfo de aquel medio que explicaba el profesor Eugenio Trías cuando explicaba a su auditorio, sosteniendo un lápiz en la mano: “el medio no es éste punto-señalaba el medio del lápiz, horizontalmente- que dista igual de la derecha o de la izquierda, el medio- y entonces ponía el lápiz en posición vertical y señalaba la punta- es éste extremo, el punto más elevado, el origen de la excelencia”. Eso es precisamente lo que trata de encontrar el votante medio, perdido en la mediocridad de los líderes políticos al uso.
Debemos encontrar las virtudes que nos acompañen en el camino de la recuperación, de la renovación de la ilusión, de la recompensa al sacrificio y al esfuerzo de las gentes honorables que componen éste país. Decía Platón que quería que gobernasen los filósofos, y el gran Ortega apostillaba “yo no pido tanto, tan sólo pido que nos gobiernen los mejores”

No hay comentarios:

Publicar un comentario