jueves, 23 de junio de 2011

UNA OPORTUNIDAD HISTÓRICA


Hay que abrir a todo ciudadano de Baleares a una esperanza cierta, a una oportunidad operante y a una aspiración legítima. Éste parece ser el prólogo del gobierno popular que ahora comienza su legislatura.
Es cierto, las Islas son, tras cuatro años de crisis y gobierno de izquierdas, un solar de indignados y arcas vacías, un dos de mayo divorciado de un quince de marzo. Tras la debacle europea, española y balear, de las recetas que proponía la izquierda, finalmente desechadas por los ciudadanos, se abre un nuevo horizonte. Mientras el PSOE mantiene el Gobierno de España y Rubalcaba se consolida como Alfredo, Europa y España respira aires de cambio.
En mi humilde opinión y, políticamente hablando, ésta es una magnífica oportunidad para hacer historia.
Durante años, los socialistas han gozado del privilegio social de la supremacía moral. Han arruinado la economía, resquebrajado los más elementales principios y las instituciones, e instalado corruptelas, pagado apoyos y alquilado principios hoy deshauciados…todo, con total impunidad.
Con un rival intelectualmente arruinado, políticamente desprestigiado y socialmente repudiado, el Partido Popular se erige como verdadera alternativa moral, social y política en una nueva mayoría social legitimada.
Las primeras medidas de Bauzá, en sintonía con su programa político que auspicia “rigor, austeridad y eficiencia” han comenzado por el buen camino: se trata de la recuperación de los principios, en lugar de la huída hacia lo políticamente correcto. J.R. Bauzá adjetiva sus iniciativas bajo una premisa: la ejemplaridad.
Si los gobiernos de J.Mª Aznar serán recordados asépticamente por los ciudadanos, como aquellos que posibilitaron la definitiva modernización de España, la consolidación histórica de la clase media, la universalización de la prosperidad en nuestro país, la singladura de Bauzá tiene la definitiva misión de fundar las bases de la conciliación, la recuperación y la definitiva modernización de la CAIB.

MATR-IB



¿Recuerdan aquella película? Matrix versaba sobre el enfrentamiento entre dos mundos: uno, el real, contrapuesto a otro bien distinto, el virtual. En el film, de gran éxito, unos siniestros personajes dictaban lo que constituía la realidad, más allá de la que sólo existía la apostasía. La realidad la dictaba la jerarquía, los ciudadanos no existían, porque residían en una realidad virtual que sólo se hacía posible por el dirigismo y la mentira.
Más allá de Orwell, en Baleares y tras los resultados del 22-M, partimos, al parecer, no de un matrix, sino del nuestro particular: matrib. Nuestro pequeño paraíso fraguado por las más dogmáticas mentes, socialistas y nacionalistas que durante cuatro años han fraguado una realidad a su antojo. Un lugar, unas cuentas, un programa y unos propósitos que no eran tales.
Han bastado dos semanas tras la derrota de la izquierda para escuchar las primeras excusas no solicitadas. Al tiempo de declarar José Ramón Bauzá su intención de auditar las cuentas, han surgido toda clase de pretextos para justificar un análisis sobre la oportunidad del gasto del dinero público éstos cuatro años que deben llevar a la reflexión.
Ahora, tras la debacle de la izquierda tras su gran mascarada éstos cuatro años, conocemos que existe inminente peligro de impago de nóminas en el sector público y, hasta los hospitales tiene problemas para pagar el suministro de luz y agua. Con el mayor presupuesto de la historia de Baleares tenemos la mayor deuda desde el nacimiento de nuestra autonomía.
La izquierda ha mentido cuatro años a los ciudadanos de las Baleares y, tras perder las elecciones pretende tomarlos como rehenes de su propia ineficacia. Es cuestión imprescindible que el nuevo gobierno comience por esclarecer la verdad, lo dijo el propio G. Orwell “En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario”.

YES WE FAIL


El Presidente socialista Zapatero ha espetado “si tuviera 25 años, probablemente estaría en la Puerta del Sol”. Las algaradas y reuniones convocadas con las más estrafalarias tendencias ya están aquí. Bienvenidas sean las indignaciones, algunos llevamos ocho años denunciándolas, otros, lo hacen a dos días de las elecciones.
Es cierto, si Zapatero tuviese veinticinco años, estaría en el paro, por lo que podría pasarse por la Puerta del Sol y sumarse a la “rebelión” que pregona: subir los impuestos, caminar descalzos, expropiar pisos vacíos, ayudar al tercer mundo, subir los sueldos…Es desternillante revivir el mayo del 68, empero, si se conoce la historia completa se sabrá que aquellas elecciones las ganó De Gaulle, tras el estrepitoso fracaso de la izquierda.
Ni una sola palabra contra el Gobierno que nos ha traído casi cinco millones de parados, la legalización de ETA en las elecciones, una deuda histórica, la congelación de las pensiones y bajada de sueldos, subidas de impuestos… Y es que cuando la derecha lo hace mal, la solución es votar socialista, cuando es la izquierda la que fracasa…hay que cambiar el sistema. Es la doble moral de un sector ideológico que no acepta la realidad del fracaso estrepitoso de sus aplicaciones prácticas.
No ha sido el capitalismo neoliberal, ni la derecha reaccionaria, ni los mercados quienes nos han conducido hasta ésta situación, sino la izquierda. No ha sido la Ley Electoral la culpable de que Izquierda Unida tenga dos diputados, con Anguita y la misma Ley, tenían veintitrés. La izquierda y el socialismo han fracasado.
Yo también estoy indignado, en cuatro años socialistas en Baleares tenemos más parados, más rencor, más crisis y deuda y mayor desolación social que nunca. No creo en los falsos profetas del asfalto, porque el socialismo no es de éste mundo, sólo funciona en el cielo, donde no lo necesitan y en el infierno, donde ya lo tienen.

QUE VIENE EL LOBO


Dicen que las democracias modernas son un verdadero estado de opinión. Los políticos gobiernan no en función de éste o aquel proyecto plasmado en su programa, sino de las opiniones generalizadas, que se convierten en dogmas, en opiniones, opinión pública.

La razón nos dice que votaremos a aquel que más se aproxime no sólo a nuestra visión del mundo y la vida, a nuestro principios y valores, sino también al que decide adoptar ésta o aquella decisión. Lo anterior supone, evidentemente, la política aplicada al ideal de interés público. Lo demás es aliarse, ceder programa, diluir promesas y esperar para domar al ciudadano, como en el circo. Miles de promesas pactadas en un contrato social con el ciudadano y, basta un pacto para que ardan en la hoguera.

Es entonces cuando no existe certidumbre en la acción, sólo se piensa en “mañana” y el futuro no existe. El primer experimento del Pacto de Izquierdas de Baleares fue un ensayo, éstos cuatro años, la constatación de la ineficacia social que tales pactos suponen para los votantes. Es todo en plan Bruce Lee, “be water my friend” (sé agua amigo). Eso es, los pactos son como el agua, fluyen para adaptarse a cualquier situación y caben en cualquier envase, de derecha a izquierda. Y, cuando llega la hora del balance, de exigir responsabilidades, vuelve el agua a ser un cauce en el que los Partidos pactantes se diluyen y, así, sus miserias y desaciertos.

Éstas elecciones serán muy importantes, por muchos motivos. El verdadero adversario de la desidia y abulia social no es la izquierda, es el paro. Es obvio que es necesario un cambio político en Baleares. Cambiar para mejorar, regenerarse para responder a los retos que nos acechan y para ganar el futuro. Caben dos opciones: los pactos, o la certidumbre.


Y últimamente las encuestas las carga el diablo. Ya lo sabía Sun Tzu hace más de dos mil quinientos años cuando plasmaba en su “arte de la guerra” que “ las batallas se ganan antes de ser libradas”. Eso hace el CIS y los medios afines a la izquierda, tratar de movilizar un electorado hastiado y desengañado que comprende que 144.100 parados, y cuatro años de infamias se combaten con el azuzamiento de que viene el lobo de la derecha. Yo, como Winston Churchill, sólo creo en las encuestas que manipulo yo mismo.